Currículo basado en competencias: aproximación al estado de la cuestión
Este texto no habla de las competencias. Según decimos algunas veces, ser competente es algo es hacerlo bien, es decir, va ligado a la idea de la cualificación para ejercer un oficio o un campo concreto.
Encontramos un punto de vista que cree que hablar de competencias en el ámbito educativo intenta implantar camufladamente el taylorismo y el modelo conductista, que están mucho más centrados en los resultados que en el proceso.
Actualmente se cree que los jóvenes son insuficientemente preparados para afrontar una vida en el mundo que les rodea y por ello, el currículo basado en competencias plantea una alternativa al currículo tradicional del “saber” por el del “saber hacer”, preparando al alumno para que pueda aplicar sus conocimientos a situaciones reales de la vida cotidiana.
Podemos ver que hay diversos tipos de competencias que son: específica, transversal, general y competencias clave, y todas ellas deberán haber sido adquiridas al finalizar la educación del alumno. Lo que se pretende conseguir con ello, es crear personas autónomas y respetuosas que sepan adaptarse al medio y luchar por sus ideales.
Las competencias tienen cada una un carácter diferente para abarcar diversos ámbitos de la vida, y hacer que los niños dominen cada una de ellas, les hará mejorar sus cualidades como personas y seres humano al margen de sus conocimientos teóricos.
Como siempre, es muy difícil llegar al consenso, y las competencias no son una excepción. No todos los profesores están de acuerdo en incluirlas en su plan de estudios, en su metodología o en hacerlas formar parte de su vida, aunque personalmente, yo creo que todo lo que nos ayude a mejorar como personas, que nos sea funcional en nuestra vida y que además no nos impida seguir aprendiendo debería ser bienvenido a nuestras vidas.
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